DESDE
MI PUEBLO.
Un brindis a
la tierra.
A tí mi Bezas querido, Saldón, Valdecuenca, y Jabaloyas.
Toril-Masegoso, Terriemte y el Vallecillo,
llenos de bellezas. En vidas flojillos.
Algo denostados, al Sur de la Sierra, tanto Sur, a veces demasiado.
Y aún conserváis, tenue, el hilillo de vida.
Que hacia el Norte miráis, en larga espera,
a que generosa mano extienda, su cálido manto
cubra desnudeces, que pare la huída.
Royuela y Calomarde, Moscardón, Griegos y el Villar.
Guadalaviar y Frías, de esa tierra, fría,
escorados, sudoeste, vientos que arrebolan
las mejillas, encogen el alma y la enfrían.
Recobrar los ímpetus, adelante, hacia el bien hacer
encomiable, y en pos siempre de la esperanza.
Que lleguen ideas, logros, que tanto tardan.
Y Torres, Tramacastilla, Noguera;
también Bronchales, Monterde, Orihuela,
y Pozondón, y hacia el pico, Ródenas,
que ya casi se sale de la Sierra.
En un bello Oeste, que no poniente de esperanza,
en donde las vidas rebullan y se afanen.
Nuevas ansias, sueños de grandeza,
que perforen esos gélidos oídos.
Vuelvan olvidadas alegrías, vidas manen.
Rubiales, Campillo, y Gea,
aquí abajo, que un poco se salen.
Nexos de familia, sencillez y orgullo,
Aguante, resignación a prueba;
Antesala., de esta Sierra brava,
Caminemos cogidos de la mano.
Frías gotas se desprenden de mis ojos,
cuando hacia el Norte miro a ratos,
con dolor en el alma, penas por lo ido.
Yacen aquí recuerdos que renuevo cada día.
Ausencias que se evocan al contacto con la tierra,
en cada lugar, y en los encuentros un halo de luz me llaga.
Misterio que da paz al cuerpo del aquí llegado,
te prende en cada lugar, el ánimo ocupado,
allá a donde diriges tus pasos, en donde das abrazos.
Hálito que no ha de cesar hasta colmar el alma,
y los sensibles, y los duros espíritus del cuerpo.
Llanos, vaguadas, montes y cañadas.
Lagos, ríos, fuentes.
Masías, caseríos, aldeas y lugares,
pueblos, villas y ciudades.
Sendas y caminos que a ti conducen,
Albarracín, y que a ti llevan.
Albarracín fuiste reino, un día,
fuiste corte y eres pueblo
que en ti se miran y hacia ti guían sus pasos.
Hay dudas en el pensamiento,
Y hay esperanzas, y abrazos.
Julián Sánchez
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