Preciso es
introducirnos en el tema de flora y vegetación haciendo especial
hincapié en la característica esencial de Bezas; "sus pinares".
Enclavados buena parte de los mismos en los espacios naturales
protegidos en Aragón. "PAISAJE PROTEGIDO DE LOS PINARES DE RODENO", por
decreto 91/1995 de 2 de mayo, Diputación General de Aragón;
alcanzando a los términos de Albarracín, Gea de Albarracín y Bezas, con
una superficie total de 3.335 hectáreas. Será el Pino Rodeno -dando
nombre a la zona-, el que ocupe prácticamente el 80 % de dicho
territorio; el resto estará ocupado por sabinares, rebollares,
carrascales o especies espermafitas; plantas vasculares con importante
valor botánico.
Este Espacio Natural prácticamente desconocido hasta los años 80,
adquirió relevancia como consecuencia de la difusión de los importantes
hallazgos arqueológicos dentro del Arte Rupestre Levantino, de los
cuales, tiene Bezas una importante representación. Después de un primer
intento infructuoso para la creación del Parque en 1986; conseguido
éste, se convertiría en el primer Espacio Protegido de Teruel. Nos
encontramos pues, ante una situación inmejorable para regenerar
progresivamente la vegetación y la fauna que durante tantas generaciones
se ha degradado.
Sobre estos terrenos silíceos, si bien podemos encontrar algún pino
albar, será el pino resinero o rodeno (Pinus Pinaster), el que forme
magníficos bosques caracterizando la flora del monte bajo. Especies
aromáticas como el cantueso (Lavandula stoechas), coloristas como la
estepa (Cirtus laurifolius), los Jaguarzos, las brecinas, los brezos,
los poco corrientes -para la zona- acebos, las rastreras "gayubas" con
su fruto de color rojizo y una diversidad de zarzas, nos deleitarán. El
Bricial, el Alto la Fuente, Los Callejones o Las Tajadas son algunos de
los enclaves donde podemos encontrarlos.
Especialmente favorable es el ecosistema de monte, con un grado de
madurez notable para que en su suelo, rico en biomasa muerta, prolifere
una gran riqueza micológica, pudiendo encontrar una gran diversidad de
hongos, setas, rebollones, o "mizclos", como se conocen en la zona, que
hacen que sea un paraíso para los amantes de esta disciplina. Variedades
de rebollones (Lactarius deliciosus y sanguiflus), "ringleras" (Marasmius
oreades), "morros de vaca" (Boletus badius, luteus, o menos corriente el
"porro", estupendo Boletus edulis), "cagarrias" (Ramaria aurea), "pedos
de Lobo" (lycoperdon perlatum), "carderas" (Pleurotus eryngii), "de
Chopo" (Pleurotus ostreatus o Agrocybe aegerita), "colmenilla" (Morchella
esculenta), "champiñones o aceiteros" (Agaricum campestris), "negrilla"
(Tricholoma terreum), y como no, la bella "matamoscas" (Amanita muscarea),
tóxica y alucinógena o la Mortal Amanita phalloides, son algunas de las
que podemos encontrar. La recolección y el estudio de las setas es una
afición sana y saludable, aunque la llegada masiva de personas a los
bosques, está acarreando algunos trastornos ya que no siempre observan
un comportamiento respetuoso con la Naturaleza. El destrozo del mantillo
con rastrillos, o la basura de algunos desaprensivos está haciendo un
flaco favor, aunque se está empezando a tomar cartas en el asunto y
poniendo fuertes sanciones a los desaprensivos. DISFRUTA DE LA
NATURALEZA PERO NO DEJES TU HUELLA EN ELLA.
Frecuente será, encontrar en los claros del bosque pequeños prados con
variedad de margaritas o narcisos; ortigas (Urtica Urens), en muros y
bordes del camino; amapolas cerca de los sembrados o al lado de la
carretera y en recovecos donde los rayos del sol no castiguen
excesivamente podremos encontrar diversas especies de helechos, la
delicada hepática (Hepatica nobilis), o las sabrosas fresas silvestres.
En los encinares entremezclados con carrascas y enebros (Juniperus
communis y J. Oxycedrus), se pueden encontrar ejemplares aislados de
quejigos (Quercus faginea), plantas aromáticas como el tomillo, la
jedrea o la madreselva y de bonitos colores como las violetas (Viola
willkommii y rupestris). Plantas espinosas como la rosa, las aliagas
(Genista hispánica), o los erizos (Erinacea anthyllis).
De la sabina albar podemos encontrar buenos ejemplares en el "Alto el Toconar", pasando por reducidas poblaciones entremezclados también con
las encinas y pinos. Alguna sabina rastrera o enebro común acompañará en
los sabinares.
En la zona de estepa donde la escasez de agua será determinante,
encontraremos diferentes especies de arbustos y plantas herbáceas. Zonas
muchas de ellas de cultivo en tiempos pasados donde ahora podemos ver el
cardo blanco o corredor; con suerte encontraremos alguna seta de cardo.
Los llamativos gamones (Asphodelus ramosus), nos sorprenderán en su
floración y los monocultivos de cereales como el trigo puro, la cebada o
el centeno; menos frecuente la avena. podemos disfrutarlos en sus
variadas tonalidades del verde al oro en un recorrido por "Los Llanos".
Los endrinares, y guillomos serán algunos de los arbustos que nos
encontraremos.
En las riberas del regajo podemos encontrar chopos (Fraxinus
angustifolia), los majuelos (Crataegus monogyna), o saucos (Sambucus
nigra). Plantas herbáceas, delicadas flores o diferentes especies de
juncos. En cuanto a los cultivos, prácticamente inexistentes, se puede
ver algún huerto de patatas, maíz, coles, acelgas, tomates y árboles
frutales en su mayoría autóctonos como el cerezo, el manzano, ciruelo, "azarollero"
o el peral.
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