Estaba el señor D. Gato
sentadito en su tejado
marramamiau, miau, miau,
sentadito en su tejado.
Ha recibido una carta,
que si quiere ser casado
marramamiau …
Con una gatita blanca,
sobrina de un gato pardo …
El gato por ir a verla
se ha caído del tejado …
Se ha roto siete costillas
y el hueso del espinazo …
Ya lo llevan a enterrar
por la calle del Mercado …
Y al olor de la sardina
el gato ha resucitado …
Por eso dicen los hombres:
siete vidas tiene un gato … |